La goma
En la parada del autobús estaba el padre con sus 12 hijos. Junto a ellos, estaba un señor cojo con una pierna de palo. El autobús llegó y los niños subieron rápidamente y ocuparon todos los asientos libres. El cojo y el padre subieron y se tuvieron que quedar de pie en medio del pasillo del autobús. Cuando el autobús arrancó, el señor de la pierna de palo se desequilibró y se fue para atrás, haciendo un ruido repetitivo al golpear la pata de palo con el suelo: toc, toc, toc... Cada vez que el autobús frenaba y retomaba la marcha el mismo ruido retumbaba en el interior del autobús: toc, toc, toc. Ya cansado por el ruido, el padre se dirigió al señor cojo y le dijo: - Disculpe, pero podría haber puesto una goma en el palo y así cuando golpee contra el suelo no hará ese incomodo ruido. - Agradezco la sugerencia, pero usted podría haber puesto una goma en el suyo y ahora todos iríamos sentados.