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Mostrando entradas de julio, 2018
Entra el jefe al taller, y se dirige muy enfadado a uno de sus empleados en estado de embriaguez: - ¿Acaso no sabe que esta prohibido beber durante el trabajo? - No se preocupe jefe, no estoy trabajando.

El cine

Uno de Lepe va al cine y la taquillera le dice:  - Señor, esta es la 5ª vez que compra la entrada.  - Ya, es que el imbécil dela puerta me la rompe.

El chicle

- ¿Tienes chicle? - No. - ¿No tienes chicle? - ¡No! - ¿Seguro? - Si vuelves a preguntar te pego un tiro. - ¿Tienes pistola? - No. - ¿Tienes chicle?

El borracho entra en su casa

Un borracho muy borracho llega a su casa. Con gran dificultad consigue sacar su llave, y según va recorriendo el camino hacia su cama va gritando por toda la casa: - Esta es mi llave y esta es mi puerta. - Esta es mi casa y este es mi pasillo. - Esta es la puerta de mi habitación. - Esta es mi cama y esta es mi mujer... y este... este, este que está aquí durmiendo debo ser yo.

El dedito

- Mamá, mamá. Me he cortado un dedito. - Ponte una tirita. - ¡Pero si es que no lo encuentro!

Te parecerá bonito

- ¡Te parecerá bonito! - Pues mira, sí. - Pues es atún. - ¡Anda!

Un tipo saludable

- Soy un tipo saludable - Ah. ¿Comes sano y todo eso? - No, la gente me saluda.

El riego

Le dice un lepero a otro:  - Curro ¿Por qué no regaste el jardín?  - Porque está lloviendo a cántaros.  - No seas vago, hombre, aquí tienes un paraguas.

El tratamiento

Una mujer de 25 años le cuenta a una amiga sobre su matrimonio con un señor de 75 años.  - Mira chica, a mí me gustan mayores, de esos que llaman señores, de los que te abren la puerta y te mandan flores. Y mi novio es así: me trae flores todos los días, me regala bombones, me lleva de paseo, fuimos de vacaciones a Hawaii, me compra ropa todas las semanas, me lleva al cine, al teatro, de cenas a los mejores restaurantes, joyas.  - ¿Y en la cama?  - En la cama hacemos el tratamiento.  - ¿Qué tratamiento?  - Él trata y yo miento.

El lepero y la medicina

En lepero va al médico y tras el diagnóstico le receta un tratamiento: - Tiene usted que tomar la medicina cada 24 horas.  - Entendido…pero ¿cuántas veces al día?

El funcionario violador

Una señora en la comisaría:  - ¡Inspector!, ¡Inspector! Me acaba de violar un funcionario.  - Tranquila mujer, vamos a ponerle en manos de los profesionales de comisaría y el peso de la justicia caerá sobre ese depravado. Pero, para avanzar en la investigación ¿Cómo sabe usted que era un funcionario?  - Porqué tuve que hacerlo todo yo.

El mecánico

¿Qué le dice un mecánico a su mujer? - ¡Mercedes, Benz! Ponte A4 patas que te voy a echar un Volvo y nacerá un Clio, porque en esto del Saxo no hay quién Megane.

De pesca

El padre se va de pesca con su hija pequeña. Al regresar, la niña viene con la cara hinchada y la madre, asustada, le pregunta:  - ¡Ay Dios!¿Pero qué te ha pasado en la cara? - Fue un mosquito, mamá. - ¿Te picó?  - No tuvo tiempo. papá lo mató con el remo.

Las naranjas

Un abuelo con su nieto se van al mercado y el frutero grita: - ¡Tres kilos de naranjas por un euro! El abuelo, le preguntó: - ¿Son buenas, jefe?  - ¡Por supuesto, abuelo! ¡Toma chaval! ¡pruébala! El niño, al probar la naranja exclamó: - ¡Ácida!  El vendedor, ante esta situación dijo: - No le haga usted caso, ya sabe usted como son los niños. - ¿Qué no le haga caso? ¡Pero si el niño es mudo!

Solteros contra casados

- Papá, ¿los hombres que mueren van al infierno? - Solo los solteros. - ¿Y los casados? - No, porque no se puede condenar a alguien dos veces a la misma pena.

Invertido

Esto es un lepero muy rancio que descubre que su hijo es homosexual y tras unos días sin saber qué hacer, decide contárselo todo a su compadre: - Juan. - Dime. - Tengo que contarte algo. - Dime. - Pero yo sigo siendo el mismo. - Dime. - Te tengo que confesar que tengo un hijo invertido.  - Eso está muy bien. ¿Y a qué tipo de interés?

El frontón del cielo

- Oye, Patxi, ¿en el Cielo habrá frontón?   - Pues yo creo que si, Iñaki, porque si allí todo es perfecto, pues habrá frontón.  - Oye, pues el primero que se muera que se lo diga al otro.  - De acuerdo.  Al cabo de unos años, Patxi se muere y al dia siguiente, Iñaki oye una voz de ultratumba:   - Iñaaaaaki,Iñaaaaaki,Iñaaaaaki, soy Patxi.   - ¡Kabenzotz! ¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres?  - Que te tengo que dar dos noticias, una buena y otra mala:  - Dime la buena. - Que yo tenia razón, y que hay un frontón que te pasas en el cielo. Dios es un gran aficionado. Tiene más de 60 metros de fondo y unas instalaciones alucinantes.  - ¡Qué alegría Patxi! ¿Y la noticia mala?  - Que juegas mañana a las 11:00.

Pirilo

Un empleado de una funeraria trabaja de noche examinando los cuerpos antes de que sean sepultados o cremados. Mientras examinaba un cuerpo identificado como José Pirilo, comprobó que poseía un pene de tamaño descomunal. El empleado miró a un lado, al otro, y decidió que eso debería conservarlo. Diseccionó el miebro de Pirilo y lo metió en un frasco con una solución conservante. Lo guardó en su maletín y se lo llevó a casa para enseñárselo a su mujer. Una vez en casa le dijo a su mujer: - Mira cariño, he traído del trabajo algo increíble. - ¿Del trabajo? ¿No me habrás traído un cadáver? - Sólo un trozo. - Ay por Dios. ¡Qué asco! - Es que es algo único. - Bueno a ver. Al ver el contenido del frasco la mujer se quedó pálida y entre lamentos gritó: - No puede ser, ¡Pirilo ha muerto!

El coche de mamá

Ese joven que se acaba de sacar el carné de conducir y le pide a su madre que le deje dar una vuelta. La madre le dijo que se lo dejaría al final de curso si cumplía una serie de condiciones: - Tienen que mejorar tus calificaciones de 7 a 8. - Tienes que leer todos cada día la lectura de la Biblia. - Tienes que cortarte el pelo. Seis semanas después el hijo llegó con la revisión de su trabajo y su madre contempló todo: - Has mejorado tus notas y he visto que has estado estudiando la Biblia, pero me decepciona ver que no te has cortado el pelo. - Mira madre, leyendo la Biblia he visto que Sansón llevaba el pelo largo, Juan el Bautista llevaba el pelo largo, Moisés también lo llevaba largo, todo me hace pensar que  hasta Jesús llevaba el pelo largo. - ¿Y no te fijaste que todos iban a pie a todas partes?

Los sordomudos

Dos sordomudos muy tímidos se casaron y durante la primera semana de su matrimonio fueron incapaces de comunicarse en el dormitorio con todas las luces apagadas, ya que no podían ver el lenguaje de los signos de las manos ni leer los labios del otro.  Después de varias noches de malentendidos y meteduras de pata por parte de ambos, la mujer ideó una solución. Ella escribió una nota a su marido:  - Cariño, ¿por qué no nos ponemos de acuerdo con algunas señales fáciles? Por ejemplo, por la noche, si tu quieres sexo, me tocas la teta izquierda una vez... Y si no quieres sexo, me tocas la teta izquierda dos veces. ¿Qué te parece? El marido pensó que eso era una gran idea. Y escribió una nota para su mujer:  - ¡Fabulosa idea! Y para ti, si tu quieres sexo, me meneas suavemente el pene una vez con la mano. Y si no quieres sexo esa noche, lo haces doscientas cincuenta y ocho veces y listo.

En la avioneta

Un señor muy tacaño quiere regalar a su hija pequeña un viaje en avioneta, que es lo que le llevaba pidiendo durante varios meses. Así que se dirigen al aeródromo y negocia con la empresa de vuelos recreativos: - ¿Cuánto me cobra por dar un paseo de una hora?  - ¿300 €.  - Uf, eso es mucho dinero. ¿Y si solo es media hora?  - Por media hora, 150 €.  - ¿150 €? ¿Y no tiene nada más barato?  - Pues mire, podemos hacer un trato. Si usted se sube a la avioneta y es capaz de no gritar durante todo el vuelo, se lo dejo gratis.  - ¡Trato hecho!.  Se suben en la avioneta y el piloto venga a hacer malabarismos, caídas en picado, el avión boca abajo, y el hombre no decía ni mu. Por fin se cansa el piloto y aterriza.  - Oiga, ¡me tiene usted asombrado! Mire que hice cosas peligrosas con y usted no gritó para nada.  - Si quiere que le diga la verdad, estuve a punto de gritar cuando se cayó mi hija.

El delincuente que huye

Un asaltante trata de escapar de un edificio mientras la policía trata de evitar la fuga. Por radio el teniente ordena vigilar todas las salidas. Ya no tiene escapatoria. Sin embargo, tras unos minutos, comprueban que el delincuente ha huido. De vuelta en comisaría analizan la situación y el teniente se dirige a sus agentes. - No entiendo qué ha podido ocurrir. ¿No les dije que vigilarán todas las salidas?  - Así lo hicimos mi teniente, pero el rufián se escabulló por una de las entradas. 

En el gimnasio

En el gimnasio le dice un hombre de unos 55 años al entrenador en el gimnasio: - ¿Qué máquina debo usar para impresionar a una chica de 30?  El entrenador lo mira y dice: - Yo le recomiendo el cajero automático.

Eva y Peugeot

- Querida, de hoy en adelante te llamaré Eva. - ¿Por que? - Porque eres mi primera mujer. - Bueno, pero entonces yo te llamaré Peugeot. - ¿Por que? - Porque eres el 406...

Calafateando

Un hombre entra a un bar y ve a un amigo suyo al final de la barra con una sonrisa de oreja a oreja. Se acerca y le pregunta:  - ¿Por qué estás tan contento? - Ya verás. Estaba calafateando mi barca, solo calafateaba mi barca y se acerca una rubia; ¡qué rubia! ¡Tetas hasta aquí! ¡Hasta aquí! Y me pregunta: "¿Me das un paseo en tu barca, guapo?" Claro que sí, hermosa, respondí y zarpamos. Bastante lejos, paré el motor le y dije: Guapa, elige: follar o nadar. ¿Y a que no sabes? Me dijo que no sabía nadar; ¡No sabía nadar!'  Unos días más tarde vuelve al bar y allí estaba de nuevo su amigo aún más contento que la vez anterior, riendo y cantando. Se acerca a preguntarle el porqué de tanta alegría.  - Te lo voy a contar:  Estaba calafateando mi barca, solo calafateaba mi barca y se acerca una pelirroja de miedo. ¡Qué pelirroja, Dios bendito!, ¡Tetas hasta aquí! Un culo ¡Qué culo! Y me pregunta: "¿Me das un paseo en tu barca, guapo?" Claro que sí, hermo

La prostituta

Una prostituta va al médico porque se sentía muy mal.  - Mire, doctor, me duele la cabeza, el pecho, las nalgas, tengo fiebre...  - Bueno, bueno respóndame a una pregunta: ¿En periodo de regla usted tiene mucha pérdida? - De 200 a 300 euros.

El murillo

- ¡Qué bonito el cuadro que tienes colgado en esa pared! - Es un Murillo. - Bueno, pues en ese murillo.

El genio de la lámpara

Un hombre caminaba por el desierto, cuando encontró una lámpara. Aunque no creía que estas cosas pasaran, decidió frotarla y ¡sorpresa!, apareció un genio:  - ¡Hola! Soy un genio de un solo deseo, a tus órdenes. - Entonces, quiero la paz en Oriente Próximo. Vea este mapa: ¡Qué estos países vivan en paz! - Mire amigo. Esos países estos territorios están en guerra desde el inicio de la civilización. Y para decirle la verdad, soy bueno, pero no tanto como para eso. ¡Mejor pida otra cosa!'  - Bueno. Yo nunca encontré mi mujer ideal. Me gustaría una mujer que tenga sentido del humor, que le guste el sexo, el fútbol, que aprecie una cerveza, fiel, guapa, atractiva, joven, cariñosa y que no le importe que yo no tenga dinero.  - ¡Anda, déjame ver ese mapa de mierda de nuevo!

Chico tonto

Había una vez un chico tan tonto, pero tan tonto, que un día se quedó encerrado en un supermercado y se murió de hambre.

La cita de abuelos

Una señora de 85 años está nerviosa por su primera cita con un desconocido de 90. Al volver de la cita su abuela le pregunta:  - ¿Cómo ha ido?  - Tuve que darle tres bofetadas en toda la noche.  - ¡Uh, abuela! ¿Te tocó uno caliente?  - No, claro que no. Creía que se había muerto.

El BMW

Una mujer entra en un concesionario de BMW. Ve un automóvil que le parece perfecto y se acerca a inspeccionarlo. Al agacharse para tocar el interior, sin querer, se le escapa un sonoro pedo. Preocupada, se gira nerviosa para ver si alguien se dio cuenta, confiando en que no hubiera nadie. Pero se encuentra con que allí, a su lado, está parado un vendedor.  - Buenos días, Señorita. ¿En qué le puedo ayudar?  - Señor, qué cuesta este coche?  - Señorita, si se tiró un pedo al tocarlo, ¡se va a cagar cuando le diga el precio!

El lecho de muerte

Estanislao yace en su lecho de muerte. A su alrededor se encuentran sus seres queridos. Al acercarse el momento final, alcanza a murmurar:  - Debo contarles mi mayor secreto. Antes de casarme lo tenía todo: coches deportivos, mujeres hermosas, muchos amigos y una gran fortuna. Pero un amigo mío me aconsejó: “Cásate y forma una familia. De otro modo, no habrá nadie que te dé a beber un vaso de agua en tu lecho de muerte”. Así que seguí su consejo y dejé de salir a divertirme. Cambié las mujeres por mi esposa y las cervezas por los biberones de mis hijos. Vendí mi Ferrari e invertí en fondos para la universidad. Y aquí estoy. Pero, ¿saben una cosa?  -¿Qué? - preguntan sus familiares.  -¡Ni siquiera tengo sed!