Jesús contra las drogas

Jesús, alarmado por la cantidad de personas que van al infierno por el consumo de drogas, decide retirarse a meditar por qué los hombres como él expuestos al pecado han perdido la fe un su mensaje de esperanza y se inician en este mundo.

Tras pensarlo mucho, Jesús decide que tiene que volver a sacrificarse y decide que debe probar todas las drogas, sufrir su efecto en un tremendo calvario y, que sus discípulos puedan contar el sufrimiento y que la única esperanza está en la fe.

Decidido llamó de nuevo a sus discípulos y les pidió que bajasen al mundo para conseguir todas las drogas. En un par de días empiezan a llegar todos.

- Hola Pedro, ¿Qué me traes?
- Traigo hachís de Marruecos.

- Eso suena peligroso. Santiago, ¿y tú?
- Traigo pastillas de las discotecas valencianas.

- Seguro que es malo. Tomás, ¿vienes cargado?
- Sí señor, anfetaminas del norte de Italia.

- Bien, bien. Bartolomé dime.
- Traigo marihuana de Jamaica.

- Perfecto, perfecto. Dime tú Mateo.
- Yo he venido con cocaína de Colombia.

- Ya vamos fuerte. Andrés, ¿tú con qué vienes?
- Fui a los suburbios de Edimburgo y he traído crack.

- Simón, a ver si tú traes algo más.
- Sí maestro, he traído setas alucinógenas de Suecia.

- Y qué me traes tú mi querido Juan.
- Yo he traído MDMA del barrio rojo de Ámsterdam.

- Tadeo, dime lo tuyo.
- Traigo heroína pura afgana.

- Dime Felipe ¿Tú qué traes?
- Peyote mexicano señor.

- Genial todo. Matías, ¿Qué es eso que llevas?
- Es cristal del señor Heisenberg.

- Y por fin, ¿Qué me traes Judas?
- ¿Yo?... yo, a la Guardia Civil... ¡Todo el mundo, contra la pared!

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