La cortadora de pepinos

Un hombre que trabajaba en una enlatadora de conservas de pepinos en vinagre tuvo la siguiente conversación con su mujer:

- Oye María, que tengo una obsesión que me corroe y, aunque te vas a enfadar, te la tengo que contar. - Pero Manolo, dímela. Si no confías en mí, en quién.
- Nada María, que sueño con meter el pene en la cortadora de pepinos, y llevo así varios meses.
- ¡Ay por Dios, Manolo! Tendrás que ir a un psicólogo.

Así esta conversación se repitió noche tras noche durante varias semanas. Harta ya de la obsesión de su marido, la mujer le dijo:

- ¡Ay Manolo!¡Pues mételo y no me fastidies más !

El marido perplejo, se pasó una semana sin hablar con su mujer, hasta que un día, llegó sollozando del trabajo:

- Manolo ¿Pero qué pasó?
- ¿Te acuerdas de mi obsesión por meter el pene en la cortadora de pepinos?
- ¡Ay Manolo! ¡Dime que no lo hiciste!
- ¡Sí, si lo hice! ¡Pero tú me dijiste que lo hiciera!
- ¡Pero Manolo! ¿Y cómo estás?
- ¡Me despidieron!
- Pero, y la cortadora de pepinos ¿te hizo daño ?
- No, no. A ella también la despidieron.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El champú

Centro psiquiátrico

El robo en el banco