Arsénico
Una mujer entra en una farmacia y le pregunta al farmacéutico:
- Buenas tardes. Por favor, quiero comprar arsénico.
- Oiga señora, eso no se puede vender así como así. Es un veneno muy potente ¿Cuál es la finalidad?
- Sí, sí, lo entiendo. Es simplemente para ponérselo en la comida a mi marida.
- ¡Pero señora! ¡Qué barbaridad! Eso no se puede hacer; voy a tener que llamar a la policía
La señora saca una fotografía de su bolso y le enseña una imagen de su marido practicando sexo con la mujer del farmacéutico. Hubo casi un minuto de silencio, una lagrimilla en la mejilla del marido, momentos de angustia y desesperación. Y el farmacéutico, algo más calmado le comenta a la mujer:
- Discúlpeme señora. Con la receta, aquí tiene el arsénico.
- Buenas tardes. Por favor, quiero comprar arsénico.
- Oiga señora, eso no se puede vender así como así. Es un veneno muy potente ¿Cuál es la finalidad?
- Sí, sí, lo entiendo. Es simplemente para ponérselo en la comida a mi marida.
- ¡Pero señora! ¡Qué barbaridad! Eso no se puede hacer; voy a tener que llamar a la policía
La señora saca una fotografía de su bolso y le enseña una imagen de su marido practicando sexo con la mujer del farmacéutico. Hubo casi un minuto de silencio, una lagrimilla en la mejilla del marido, momentos de angustia y desesperación. Y el farmacéutico, algo más calmado le comenta a la mujer:
- Discúlpeme señora. Con la receta, aquí tiene el arsénico.
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