El bote

Dos leperos alquilaron un bote para ir de pesca. Tuvieron tanta suerte que en ese lugar cada vez que echaban la red subían un buen número de ejemplares al bote. Así que uno de los dos se dispone a pensar y comparte una conclusión con su compadre:

- Oye, hagámosle una cruz en el suelo del bote, para que mañana podamos volver aquí mismo y tener tan buena pesca como hoy.

El compadre, asombrado por lo tonto que era su amigo, no tuvo más remedio que darle una lección de humildad:

- Ay, pisha, pero qué poco avispado eres. ¿Pero tú crees que nos van a dar mañana el mismo bote?


Comentarios

Entradas populares de este blog

El champú

Centro psiquiátrico

El robo en el banco