El jubilado
Un jubilado fue a la oficina de Correos para recoger un paquete. En la gestión apenas tardó cinco minutos.
Cuando salió llegó al coche que estaba en la puerta y un policía estaba poniendo una multa por estacionar en zona reservada para los vehículos de Correos. El jubilado se acercó al policía y le dijo:
- ¡Vaya hombre, no he tardado ni cinco minutos...! Dios le recompensaría si hiciera un pequeño gesto para con los jubilados.
El policía hizo como que no oía nada y siguió cumplimentando la multa.
- ¿Ignorando a un jubilado solo porque es un viejo estorbo? ¡Usted no tiene vergüenza! En mis tiempos se respetaba a las personas mayores.
- Me acabo de dar cuenta de que por la matrícula, este coche tiene más de seis años, y no veo que tenga la pegatina de la ITV en el parabrisas. Así que creo que aquí va otra multa.
- No hay duda de que usted es una malísima persona, además de un prepotente sin escrúpulos. En mis tiempos alguien como usted jamás habría ingresado en la Policía.
- Creo que voy a poner una multa más ya que estoy viendo que la matrícula tiene unos golpes que impiden que se lea bien.
La discusión se prolongo durante unos minutos, y a cada increpación del jubilado, el policía respondía con una nueva multa. Finalmente el jubilado se dirige al policía y le dice:
- Lo siento. Lo tengo que dejar, porque ahí viene mi autobús.
- ¡Vaya hombre, no he tardado ni cinco minutos...! Dios le recompensaría si hiciera un pequeño gesto para con los jubilados.
El policía hizo como que no oía nada y siguió cumplimentando la multa.
- ¿Ignorando a un jubilado solo porque es un viejo estorbo? ¡Usted no tiene vergüenza! En mis tiempos se respetaba a las personas mayores.
- Me acabo de dar cuenta de que por la matrícula, este coche tiene más de seis años, y no veo que tenga la pegatina de la ITV en el parabrisas. Así que creo que aquí va otra multa.
- No hay duda de que usted es una malísima persona, además de un prepotente sin escrúpulos. En mis tiempos alguien como usted jamás habría ingresado en la Policía.
- Creo que voy a poner una multa más ya que estoy viendo que la matrícula tiene unos golpes que impiden que se lea bien.
La discusión se prolongo durante unos minutos, y a cada increpación del jubilado, el policía respondía con una nueva multa. Finalmente el jubilado se dirige al policía y le dice:
- Lo siento. Lo tengo que dejar, porque ahí viene mi autobús.
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