Día de jubilación

Después de 35 años repartiendo a diario el correo en el barrio, llega el ultimo día de trabajo para el cartero. Los vecinos esperaban este día con emoción y un poco de tristeza porque el cartero se había convertido en un miembro más de cada una de las familias del barrio.

Comenzó su ruta y en la primera casa salieron todos a recibirle entre aplausos. En la segunda casa le regalaron una caja de puros con dedicatoria. La tercera casa dispuso para él un bonito regalo: una caña de pescar para poder pasar feliz su nueva jubilación. Y siguió su reparto, despidiéndose de tantas y tantas personas conocidas que le estimaban y con las que había compartido tantas vivencias.

Por fin llegó a la última casa de su ruta habitual, donde lo esperaba la joven propietaria que lo recibió con un camisón negro transparente. Ella le cogió de la mano, lo metió dentro, cerró la puerta, lo llevó al dormitorio y le sentó en la cama. Con música de fondo de Barry White y Quincy Jones, le obsequió con un sensual striptease y luego le hizo el amor apasionada y desenfrenadamente. Después de dos fantásticas horas de sexo ella le preparó un exquisito  desayuno con tostadas, fruta, bollería y café.

Con lágrimas en los ojos por la emoción, vio que junto a la taza de de café había un billete de 10 euros. Extrañado preguntó:
- No tengo palabras para describir lo maravilloso que ha sido todo, pero... ¿Los 10 euros?
- Bueno, es que anoche le comenté a mi marido que hoy sería tu último día de trabajo y que debíamos hacer algo especial para ti, y mi marido dijo: "Dale 10 euros y que le follen"..., el desayuno ha sido idea mía.


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