La esquela

Este es un hombre muy roñoso que acude a un periódico para poner una esquela y se dirige a la mesa donde reciben este tipo de encargos:

- Buenos días señor, ¿en qué puedo atenderle?
- Hola buenos días señorita. Mire, mi mujer ha muerto y le prometí que pondría una esquela si esto pasaba.
- ¡Vaya por Dios! Lo lamento mucho. Dígame el texto que quiere poner.
- Maria ha muerto.
- Sí, dígame más.
- Ya está. María a Muerto.

La mujer se lo queda mirando y ve que debe ser un hombre muy pobre o muy tacaño así que le insiste en que lo habitual es poner unas palabras de recuerdo de sus seres queridos.

-Mire señorita, que yo vengo aquí porque me lo pidió mi mujer que gastaba mi dinero en leer el periódico y no voy a pagar ni una palabra de más.

La empleada decide hablar con su jefe ya que le entró una angustia por la pobre mujer recién fallecida y consigue que el periódico le regale al señor tres palabras para que pueda expresar en ellas algo de afecto.

- Bueno hemos estado deliverando su caso, y como nos ha dicho que su mujer era fiel lectora, hemos decidido regalarle tres palabras, osea que puede usted poner tres palabras más.
 - Maria ha muerto... Vendo Opel Kadett.

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