Curas de vacaciones

Tres curas se pusieron de acuerdo para irse de vacaciones un par de semanas a Benidorm y actuar como si no fueran sacerdotes. Compraron unos billetes de autobús y cuando llegaron a la ciudad, fueron directamente a una tienda de ropa juvenil y se compraron unas bermudas, unas camisetas floreadas playeras y unas sandalias. Tras las compras no habría nadie que pensase que eran curas.

A la mañana siguiente bajaron a la playa vestidos con su atuendo turístico. Estaban sentados en sus sillas de playa, bebiendo unos mojitos y disfrutando del sol y del paisaje, cuando una rubia despampanante en topless pasó caminando junto a ellos. Ninguno de los tres pudo evitar mirarla sin que ninguno expresase palabra alguna. La rubia les sonrió y dijo:

- Buen día padre, buen día padre, buen día padre.

Los tres curas se quedaron desconcertados. Así que decidieron ir a una tienda de surferos radicales y compraron las ropas más extravagantes que pudieron para que nadie les reconociese como ministros de la Iglesia. Para ahondar más en su camuflaje, compraron unas llamativas gafas de sol.

Por la tarde la rubia volvió a pasar delante de ellos y les volvió a saludar de la misma manera. Así que uno de los curas no pudo contenerse y preguntó:

- Un momento.
- ¿Sí Padre?
- Nosotros somos sacerdotes, orgullosos de serlo, pero me puede decir cómo es posible que usted sepa que lo somos vestidos así.
- Padre, soy yo, sor Catalina.

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