La metamorfosis en gallina

Ese hombre que llega a casa con varias copas de más, totalmente sin ser consciente de si mismo y con graves dificultades para mantener la verticalidad. Por fin, llega a la cama y de ahí no pasa.

El hombre comienza a despertar y oye una voz:

- Hola, bienvenido.
- ¿Dónde estoy? ¿Quién es usted?
- Soy San Pedro, estás en las puertas del cielo.
- Pero, sí soy muy joven. Todavía no me ha llegado la hora.
- Bueno amigo, seguro que ya has cerrado todo en vida.
- No, no. Quiero volver con mi mujer, sin mí no va a saber qué hacer. ¿No puedo volver?
- Me has pillado de buen humor. Hay una sola forma en que te puedo devolver a la tierra y es convertido en una gallina
- Bueno, no es lo mejor pero tengo que hacerlo. Pero que sea cerca de mi mujer por favor.

El hombre se despertó de nuevo sin saber qué había pasado y se vio en una finca lleno de plumas. Finalmente era una gallina. De repente apareció un gallo que la vio un poco perdida y le preguntó:

- ¡Eh! ¿Qué hace una gallina como tú en un sitio como este? Es la primera vez que te veo.
- Sí, pero no me encuentro muy bien. Tengo una sensación extraña por dentro; siento como si fuera a explotar.
- Sí que eres nueva, sí. ¡Estás ovulando!
- ¿Cómo?
- No me digas que jamás has puesto un huevo en tu vida
- No. Es la primera vez.
- Sorprendido me hayo.
- Nunca, de verdad.
- Bueno, sólo relájate y déjalo salir. No es gran cosa

La gallina tras unos incómodos momentos puso un huevo y sintió una felicidad tremenda al sentir que algo suyo acababa de salir de sus entrañas y que, quizá, en unos días tendría vida. Pero la sensación de estar apunto de explotar no terminó, y pensó en volver a relajarse. Y, en efecto, puso otro huevo. Y otro, y después otro. Pero del más allá escuchó otra voz:

- Manolo, ¡mierda!, que te has cagado en la cama.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El champú

Centro psiquiátrico

El robo en el banco