La patada de la justicia

Un empresario de éxito con tintes de snob decide acudir al campo para practicar la caza porque dentro de unas semanas se reunirá con un político conservador y así poder alardear con él y firmar un contrato interesante que les reportará pingües beneficios a ambos y un gran desfalco para las arcas del estado.

Mientras va paseando con su escopeta cargada, ve en el cielo una bandada de patos volando no muy alto así que decide probar suerte. Dispara y acierta a una de las aves que cae muerta al suelo, con la mala suerte para el empresario de que cae dentro del recinto vallado de una granja.

La propiedad privada de este empresario solo es inviolable cuando es propia, así que decide saltar e ir a recoger su trofeo, pero cuando está dentro ve que hay un señor con el pato en su mano.

- Disculpe, perdón por haber entrado sin permiso, pero he cazado ese pato y accidentalmente ha caído aquí. Si me lo devuelve salgo de aquí y le dejo con su vida.
- Hombre, no solo se mete en mi granja, sino que me quiere robar el pato.
- Perdóneme caballero, pero el pato ha sido abatido por mí, en un coto legal de caza que está adyacente a su granja y según la normativa el pato es de quien lo abate, no de donde cae por casualidad.
- Está en mi granja, así que es mío.

Tras unos minutos de elevación del tono y discusiones infructuosas, el granjero le comenta al empresario:

- Mire, como no estamos de acuerdo, vamos a resolverlo como se hace aquí. Con la patada de la justicia.
- ¿Eso que es?
- Yo le doy una patada en la entrepierna, y después usted me da otra a mí, y el que menos grite se queda con el pato.
- No sé, no me convence mucho, pero bueno, ya quiero zanjar esto. Venga, dele.

El granjero le pega una patada en la entrepierna como si le fuese la vida en ello. El empresario se retuerce del dolor pero apenas suelta un leve quejido mientras lagrimones le brotan de sus ojos e inundan su cara. Tras dos minutos que casi le llevan al borde de la pérdida del conocimiento, el hombre se reincorpora y dice:

- Es mi turno.
- Na, venga. ¡Quédese con el pato!

Comentarios

Entradas populares de este blog

El champú

Centro psiquiátrico

El robo en el banco