El árbol

Mientras paseaba por el parque un hombre vio a otro que estaba abrazado a un árbol, con una oreja ajustada fuertemente contra el tronco. Viendo esto, el hombre preguntó: 

- Sólo por curiosidad, ¿qué está haciendo? 
- Estoy escuchando la música del árbol, respondió el otro. 
- Vamos, vamos. Tiene que estar bromeando. 
- Por supuesto que no. ¿Quiere escucharlo? 
- Está bien.

Colocó sus brazos alrededor del tronco y acercó su oreja. Con esto, va el otro, le pone un par de esposas, le quita la billetera, sus anillos, su reloj, las llaves del coche, toda la ropa y se va corriendo.

Dos horas después, otro caminante pasó cerca, vio al hombre desnudo, esposado al árbol, y le preguntó que qué le había pasado. Le contó la terrible historia de cómo y porqué se encontraba allí. Cuando terminó de contarle lo sucedido, el otro movió la cabeza en señal de comprensión, caminó hasta quedar detrás de él, lo besó suavemente en la oreja y mientras se bajaba la bragueta, le dijo:

- Me da a mí que hoy no es tu día, ¡Pirata!.

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