El cornudo

Todos los días se repetía la escena en el barrio cuando uno de los vecinos salía de casa para ir al trabajo. Nada más salir por la puerta, uno de sus vecinos le decía:

- ¡Adiós cornudo!

Ya cansado, tras varias semanas, decidió consultar con su esposa sobre el tema y le contó la situación. Pero la esposa no supo qué responder. Al día siguiente cuando salió de casa su vecino le volvió a decir:

- ¡Además de cornudo, chismoso!

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