La vela en Roma

Una señora caminaba por la calle cuando se cruzó con el párroco. El padre le dijo: 

- Muy buenos días, ¿no la case a usted hace dos años?. 
- Efectivamente padre, soy yo. 
- ¿Y no han tenido niños aún?
- No padre, aún no. 
- Bueno, la semana próxima viajo a Roma, así que, si quiere, encenderé una vela por usted y su esposo. 
- ¡Oh padre, muchas gracias, le estaremos muy agradecidos! 

Y ambos siguieron su camino. Años más tarde se encontraron nuevamente. El sacerdote preguntó: 

- Hola hija, ¿cuánto tiempo? ¿Cómo se encuentra usted ahora?
- Muy bien, padre.
- Y dígame, ¿han tenido niños ya? 
- ¡Oh sí, padre, 3 pares de mellizos y 4 criaturas más! ¡10 en total !
- ¡Bendito sea el Señor!
- ¡Qué maravilla! ¿Y dónde está su amante esposo?
- Camino de Roma, a ver si puede apagar la maldita vela.

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