En la avioneta

Un señor muy tacaño quiere regalar a su hija pequeña un viaje en avioneta, que es lo que le llevaba pidiendo durante varios meses. Así que se dirigen al aeródromo y negocia con la empresa de vuelos recreativos:

- ¿Cuánto me cobra por dar un paseo de una hora? 
- ¿300 €. 
- Uf, eso es mucho dinero. ¿Y si solo es media hora? 
- Por media hora, 150 €. 
- ¿150 €? ¿Y no tiene nada más barato? 
- Pues mire, podemos hacer un trato. Si usted se sube a la avioneta y es capaz de no gritar durante todo el vuelo, se lo dejo gratis. 
- ¡Trato hecho!. 

Se suben en la avioneta y el piloto venga a hacer malabarismos, caídas en picado, el avión boca abajo, y el hombre no decía ni mu. Por fin se cansa el piloto y aterriza. 

- Oiga, ¡me tiene usted asombrado! Mire que hice cosas peligrosas con y usted no gritó para nada. 
- Si quiere que le diga la verdad, estuve a punto de gritar cuando se cayó mi hija.

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