El cuento de la criada

A pesar de vivir bien y sin sobresaltos económicos, una rica pareja tenía una vida sexual que no funcionaba bien. Ella estaba convencida de que su esposo la engañaba con la criada, una joven interna que generaba suspicacias en la señora. Para salir de dudas preparó una trampa y atraparlo engañándola. 

Para hacerlo, avisó a la criada y le dijo que tenía un par de días libres y una noche de hotel pagada en una ciudad turística cercana, un billete de ida y vuelta de autobús y 120 euros para pasar los dos días. Todo ello sin avisar a su esposo para urdir la trampa. La chica extrañada y encantada al mismo tiempo, hizo una pequeña bolsa de viaje y se fue a visitar la ciudad turística.

En la noche cuando se iba a la cama, el esposo sin saber que no estaba la criada, le contó la historia, de que se sentía mal del estómago, por lo que iba a tomar un poco de aire antes de acostarse. La mujer pensó que el muy pájaro iba a la cama de la criada y decidió aprovechar que su marido estaba en el baño para salir de la habitación y meterse en la cama de su criada.

Las sopechas tristemente se confirmaron. A los pocos minutos se abrió la puerta de la habitación y un hombre entró en la cama, y sin mediar palabra le hizo el amor a la mujer con gran fogosidad, como hacía años que no había disfrutado la mujer. Con lágrimas en los ojos y con un gran goce de placer, encendió bruscamente la luz y gritó enojada:

- ¡Ajá! No esperabas verme aquí, ¡eh, cerdo!

- No señora, sinceramente no. ¿Estoy despedido?

Respondió el jardinero.