En la barbería
Dos vecinos que se odiaban coinciden en la barbería. Ninguno quería dar el brazo a torcer con su rencor así que esperaron su turno sin dirigirse la mirada. Los dos barberos de la barbería notaron la tensión en el ambiente y decidieron no abrir ninguna conversación más allá de lo estrictamente profesional. Dio la casualidad, de que ambos barberos terminaron con sus clientes a la vez y que los dos vecinos se sentaron a la vez en sendas sillas para afeitarse.
Tras la faena, ambos barberos se dirigieron a echar aftershave a los vecinos y uno dijo:
- No, gracias. Mi mujer va a olerlo y pensar que he estado en una casa de putas.
El otro barbero al ver la situación le preguntó a su cliente:
- ¿Y usted quiere aftershave?
- Por supuesto. Mi mujer no sabe cómo huele una casa de putas.
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