Perdonar a los enemigos
Casi al final del servicio dominical el sacerdote preguntó:
-¿Cuántos de ustedes han perdonado a sus enemigos?
El 80 por ciento de la sala levantó la mano.
El sacerdote insistió con la pregunta. Todos respondieron esta vez excepto una señora muy mayor.
- Señora Josefa. ¿No está dispuesta a perdonar a sus enemigos?
- Yo no tengo enemigos.
- Pero eso es muy raro ¿Cuántos años tiene usted?
- 99.
La congregación se levantó y la aplaudió.
- ¿Puede pasar al frente y decirnos como llega a los 99 años sin tener enemigos?
- ¡Porque ya se murieron todos esos desgraciados!
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